Nueva Ley de Ciberseguridad en Chile: Ley N° 21.663

Ley Ciberseguridad Chile AbogadosLa aprobación reciente de la Ley de Ciberseguridad en Chile marca un hito importante en el mejoramiento de la infraestructura digital y la salvaguarda de la información en el ámbito nacional. Esta ley establece un marco integral destinado a salvaguardar contra amenazas cibernéticas, promover prácticas de seguridad informática robustas y asegurar la resiliencia de sistemas esenciales. A continuación, se detallan los elementos clave de esta legislación, destacando la importancia de cada uno en el contexto de la seguridad nacional y el bienestar de los ciudadanos.

La Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI)

La creación de la Agencia Nacional de Ciberseguridad (ANCI) constituye un paso fundamental hacia una gestión centralizada y efectiva de las políticas de ciberseguridad en Chile. Esta entidad no solo actúa como coordinador entre las diferentes agencias estatales y el sector privado, sino que también establece estándares de seguridad, protocolos y políticas para prevenir y responder a ciberataques. La ANCI, como pilar de la estrategia de ciberseguridad chilena, demuestra el compromiso del gobierno con el establecimiento de prácticas de seguridad informática de vanguardia, promoviendo un espacio digital seguro para todos los chilenos.

La ANCI juega un rol crucial en la identificación y mitigación de vulnerabilidades dentro de la infraestructura crítica nacional, asegurando que tanto entidades gubernamentales como privadas cumplan con los más altos estándares de protección. Además, esta agencia se encarga de la formación y capacitación en ciberseguridad, elevando el nivel de conocimiento y preparación frente a incidentes cibernéticos en todos los sectores.

Operadores de Servicios Esenciales y Operadores de Importancia Vital

La ley identifica y define claramente a los operadores de servicios esenciales y de importancia vital, subrayando su rol crítico en la seguridad y economía nacional. Los operadores de servicios esenciales incluyen entidades en sectores clave como energía, agua, telecomunicaciones y salud, cuya interrupción podría tener graves repercusiones en la sociedad. Por otro lado, los operadores de importancia vital se refieren a aquellas entidades cuya afectación podría no ser inmediatamente catastrófica pero cuya disfunción tendría un impacto prolongado y significativo en el bienestar nacional.

Estos operadores están sujetos a requisitos específicos de ciberseguridad y deben implementar medidas de protección avanzadas, además de participar en ejercicios de respuesta a incidentes y reportar brechas de seguridad de manera proactiva. La distinción entre ambos tipos de operadores permite una asignación de recursos y atención acorde a la criticidad de sus funciones, asegurando una protección diferenciada y efectiva contra amenazas cibernéticas.

Mecanismos de Coordinación y Respuesta

Un aspecto clave de la ley es su enfoque en la coordinación efectiva ante incidentes de ciberseguridad, destacando la importancia de una respuesta rápida y organizada. La creación del CSIRT Nacional, junto con la red de CSIRT sectoriales, establece un marco para la comunicación y colaboración entre diferentes entidades, tanto a nivel nacional como internacional. Este enfoque coordinado asegura una gestión de incidentes más eficiente y una recuperación más rápida, minimizando el impacto de los ataques cibernéticos en infraestructuras críticas y en la sociedad en general.

La participación activa de Chile en redes internacionales de respuesta a incidentes y su colaboración con organismos de ciberseguridad de otros países amplían el alcance de sus capacidades de detección y respuesta. Al compartir información y mejores prácticas, Chile no solo mejora su propia seguridad cibernética, sino que también contribuye al fortalecimiento de la ciberseguridad global.

Régimen Sancionatorio en la Ley de Ciberseguridad de Chile

La legislación chilena en materia de ciberseguridad ha implementado un riguroso marco sancionatorio con el fin de incentivar el cumplimiento de las normativas vigentes en seguridad informática. Este régimen se caracteriza por su severidad, reflejando la importancia que se le otorga a la prevención y al manejo adecuado de las amenazas digitales. Está diseñado no solo para disuadir comportamientos que pongan en riesgo la seguridad informática, sino también para promover la adopción de medidas proactivas que aseguren una gestión efectiva de la seguridad.

Este enfoque cobra especial relevancia en el caso de los operadores de servicios esenciales y de importancia vital, subrayando la necesidad de mantener altos estándares de protección. Entre las sanciones implementadas, se encuentran diversas penalizaciones que varían en función de la gravedad del incumplimiento. Estas medidas buscan garantizar una infraestructura digital segura y resiliente, esencial para el bienestar social y económico del país.

1. Multas Monetarias

La ley prevé la imposición de multas económicas para aquellos que infrinjan las disposiciones establecidas. Las multas varían según la gravedad de la falta, pudiendo alcanzar hasta 40.000 unidades tributarias mensuales en los casos más severos. Esta sanción apunta especialmente a los operadores de importancia vital que no cumplan con sus obligaciones de proteger sus infraestructuras críticas.

2. Implementación de Medidas Correctivas

Además de las sanciones económicas, la ley estipula la obligación de implementar medidas correctivas. Estas pueden incluir la adopción de sistemas de gestión de seguridad de la información más robustos o la realización de auditorías externas para evaluar y fortalecer las estrategias de ciberseguridad vigentes.

3. Información Pública sobre Infracciones

Como medida de transparencia, la legislación contempla que las infracciones cometidas por operadores de servicios esenciales y de importancia vital sean de dominio público. Esto no solo promueve una cultura de responsabilidad y prevención dentro del sector sino que también informa a la sociedad sobre las empresas que podrían representar un riesgo en términos de ciberseguridad.

Fomento de la Cultura de Ciberseguridad

La ley reconoce la importancia de una cultura de ciberseguridad sólida, promoviendo iniciativas de educación y concienciación sobre los riesgos digitales y las prácticas de seguridad adecuadas. A través de campañas de información y programas de capacitación, se busca elevar el nivel de conocimiento en ciberseguridad de la población general, así como de los profesionales del sector.

Estas actividades no solo mejoran la capacidad de individuos y organizaciones para protegerse contra ciberataques, sino que también promueven una mayor resiliencia a nivel nacional. Al fomentar una comprensión más profunda de las amenazas cibernéticas y cómo combatirlas, Chile está fortaleciendo su defensa contra los desafíos digitales del futuro.

Protección de la Privacidad

La ley hace especial énfasis en la protección de la privacidad y los datos personales, equilibrando las necesidades de seguridad con los derechos fundamentales de los ciudadanos. Se establecen directrices claras para el tratamiento de información sensible, asegurando que las medidas de ciberseguridad no infrinjan la privacidad individual.

Además, la legislación promueve prácticas de manejo de datos seguras y transparentes, incentivando a las entidades a adoptar políticas de protección de datos robustas. Este enfoque resalta la importancia de la confianza en el entorno digital, donde la seguridad de la información es fundamental para la protección de los derechos individuales.

Conclusión

La legislación chilena sobre ciberseguridad marca un hito significativo en la protección contra las amenazas digitales, estableciendo un régimen sancionatorio detallado y riguroso que refleja la seriedad con que el país enfrenta los riesgos cibernéticos. Este marco legal no solo persigue la disuasión de las malas prácticas y el incumplimiento de las normativas de seguridad informática sino que también promueve activamente la adopción de estrategias proactivas de protección, especialmente críticas para los operadores de servicios esenciales y de importancia vital. Las multas impuestas pueden alcanzar montos significativos, incentivando así a las organizaciones a mantener altos estándares de ciberseguridad.

Además, el énfasis en medidas correctivas obligatorias subraya un enfoque progresivo hacia la mejora continua de las prácticas de seguridad informática. Este enfoque no solo se limita a penalizar, sino que también guía a las entidades hacia la adopción de mejores prácticas y sistemas de gestión de seguridad de la información, lo cual es vital para fortalecer la infraestructura digital del país contra ataques y vulnerabilidades.

En conclusión, la legislación chilena en materia de ciberseguridad se posiciona como un marco avanzado y adaptativo que busca equilibrar la rigurosidad sancionatoria con el fomento de una cultura de seguridad proactiva. Este balance es crucial para proteger los activos digitales nacionales y garantizar la confianza en el espacio digital, elementos esenciales para el desarrollo socioeconómico y la seguridad nacional en la era digital. Con esta ley, Chile se adelanta en la creación de un entorno cibernético más seguro y resiliente, marcando un referente para la legislación en ciberseguridad a nivel regional y global.

Peter Schneider Contreras
Director de Schneider Abogados